miércoles, 23 de diciembre de 2009

El cementerio de los versos.


No es un poema de amores y nostalgias.

Tampoco de felicidad y proseguimiento.

Esto es un poema de terminación, es decir, muerte.


Son más de mil versos que posan bajo tierra,

Sin la esperanza de revivir.

Apagadas sus melodías,

Y sus sentimientos sustanciosos.


La sangre,

Se descuartiza sin privanza,

Sin cariño alguno.

Durante la emisión de esta copla en la mente del ya muerto.



Prosiguen los supervivientes,

Observando con una mirada.

-¿Por qué tengo que vivir?- Se preguntan en cada alba.


No fijen sus pupilas en la tensión.

¡Qué llegue la calma llena de dolor!


Entonces,

Que nos lleve una nube de sangre.

Mientras suena la melodía de estos versos,

Conocidos como muertos.

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