sábado, 29 de noviembre de 2008

Consecuencias emocionales.

Lloras, no sabes que hacer, no sabes a dónde vas, estas desesperado quieres largarte a donde nadie va. Piensas, muy desesperado, te enfrentas hacia aquel destino del cual tu mismo te alimentas.

Decides dormir para no seguir, pero tus mismos sueños no te dejan seguir. Con un sudor en la frente y ruidos intensos en tu mente quieres largarte y echar este dolor para siempre.
Con un sorbo de alcohol y lágrimas que nacen por dolor, la realidad te tiene aturdido y lleno de furor. Entre tantos sorbos te olvidas de todo, con un profundo vacío tomas una decisión a tu modo.

Te levantas, coges las llaves, prendes el automóvil y te quedas inmóvil. Arrancas, bajas la palanca, ha máxima velocidad ruedan esas llantas.
Sientes confusión y mucha decepción, tomas una decisión. Diriges el automóvil hacia una dirección. Acelerando vas a tu comando, pero tu mente no da tu mando.

Son largas horas y las calles están muy solas, te encuentras en un estado deprimente y mal gastado. Finalmente te desvías, no tienes salida, el camino termina... tus ojos cierran y despidiendose de aquella vida.