viernes, 26 de junio de 2009

Un adiós que jamás existió.

Viví por arte.
Viví por amor.
Viví por un sueño.
Y también por un dolor.

Llore cada noche.
Reí cada mañana.
Cien versos por la tarde,
Y cuarenta llantos lamentación.

Te soñé cada madrugada.
Te vi en cada alba.
Te sentí en cada atardecer,
Locura mía era de florecer.

Ahora sólo pierdo,
Con mis versos me entiendo.
Canto con sonoridad,
He perdido la bondad.

lunes, 15 de junio de 2009

Otro día, otro futuro.

Otro día, demonios. Ya no sé porque me levanto, es más, no sé porque escribo. Me duele la cabeza, los dedos, los pies y los ojos. Hoy no quiero ir al trabajo, ni siquiera pretendo salir de mi habitación. Bueno al menos me veré obligado a ir al baño. Allí podre meditar, callar mis penas y purificar esa cosa que llaman alma. Pfff, ya estoy jarto de tantas blasfemias.


El día esta lluvioso y las personas están como descontroladas. Yo no sé, sólo veo lo que sucede a través de esa ventana que se encuentra en mi habitación. No entiendo porque la gente vive para trabajar. Es impresionante como funcionan. Lo más confuso es comprender el hecho de como hacen para levantarse todos los días como si fueran una especie de robots o algo así. Menos mal hoy no hice parte de esa rutina universal.


Hoy estoy algo desordenado, y mi habitación peor aún. Todo se complementa con todo, eso me cansa. Es decir, si hoy estoy jodido, el día esta jodido, si mi día esta jodido, la gente esta jodida, que cosa tan jodida…


Creo que vivo por vivir. Si fuera tan sencillo morir, saber a dónde vas y luego existir donde quiera que fuera, creo que tomaría la opción de largarme de aquí. No sé si me cansa todo…Tan igual, tan común, tan todo. Todo está allí. La novedad murió después que el internet se creó, que aburrido. Nuestro mundo está basado en una pantalla cuadrática que nos informa nuestro modo de existir y como sobrevivir. Nadie se atreve a callarla y aparentemente será imposible enmudecer a este androide inhumano.


¿Qué esperaran aquellos que aún no han existido? ¿Hacia donde serán guiados? ¿Para que trabajaran? La verdad me repugna imaginar ese futuro que aún no existe, y que probablemente jamás exista. Tal vez sea cierto, el fin del mundo ya sucedió.

miércoles, 10 de junio de 2009

La figura de las ratas.

Mis pies estaban helados, recuerdo muy bien la angustia de ese momento. Creo que era un sueño. No sé, probablemente sólo un pensamiento. Podía ver esos ratones abarcar todo mi cuerpo. Morados, azules, rojos… de todos los colores. Cuanto detesto a esas criaturas, pero no sé, lo más probable es que sólo fue un sueño.

Después de vivir, o más bien soñar aquel momento, recuerdo que no entendía donde me encontraba. Note algo extraño en mis pies, eran distintos. Se encontraban con mordiscos, pero extraños, como si fueran de algunas criaturas diferentes. Esos mordiscos formaban una figura totalmente desconocida, como una estrella o algo así.

Había acabado esa noche difícil, me encontraba inquieto y confundido por lo sucedido ¡No sé porque tenía esa figura allí! Rastree toda la mañana para ver si lograba encontrar al culpable de esa figura en mi pierna, pero fue inútil.

Tenía que ir al trabajo y ya era tarde. Me apresure a coger el autobús y como rutina del día me encontré con mi colega, Jordán.

Jordán algo extraño me sucedió anoche- le comente

¿Qué paso, amigo mío?- el me pregunto

Anoche tuve un sueño insólito. Unos ratones de varios colores se ascendían en mi pierna, mientras yo sentía pánico. Al levantarme me encontré con una figura peculiar, jamás había visto algo igual.. .-Le comente

Nos introducimos al autobús que había detenido su cabina para nosotros. Entre miradas nos dirigimos al último puesto que se encontraba vacío, no sé porque me sentía presionado por aquellas miradas, pero me senté e intente mantenerme tranquilo.

Mira- Le mostré la figura a Jordán.

¡Qué rayos es eso!- Se altero.

¡No sé, es extraño!- Yo me azare.

Finalmente el bus se había detenido en nuestro destino. Jordán y yo caminamos dos cuadras hacia el trabajo hasta que llegamos. En ese momento no me apetecia trabajar, pero como todo en esta vida es obligatorio, no había otra opción.

Dure todo el trabajo pensativo, puesto que no lograba despejar mi mente sobre esa figura que se plasmaba en mi pierna. Varias veces mi jefe me llamo la atención y Jordán me calmo con consejos como: ¡Hey compañero, relájate! ¡Fresco loco! ¡No es para tanto, solo es una cortada! Pero me parecía patético que dijera eso, ya que eso no iba a despejar mi cabeza de ese problema.

Después de ese día lleno de pensamientos, temores y estrés me encontraba en mi hogar. No me sentía bien allí, no sé, fijo sentía espanto por la presencia de algún ser celestial en mi habitación.

Estaba agotado debido a mi jornada de trabajo, así que esa misma noche me descendí a mi cama, pero en ese mismo momento sucedió lo inesperado… los ratones de colores no fueron un sueño, era real.

La puerta se cerró y la luz desapareció. Podía observar como iluminaban esas repugnantes criaturas por medio de la oscuridad ¡Dios los odios! ¡¿Por qué me sucedía eso?! Fue en ese momento cuando abarcaron mi cuerpo, me desarmaron por completo. Al desmolar todo mi ser, podía sentir sus asquerosos chillidos cantando victoria, hasta que finalmente lograron lo deseado, destruirme.

Lo más extraño de toda esta anécdota es que toda mi piel fue totalmente destruida, pero algo excepcional se encontraba en mi cuerpo…La figura se encontraba intacta y las ratas gloriaban su iluminación.

Michael McGivern.

martes, 2 de junio de 2009

Soy una nube.

Soy una nube,
Un fluido vacio lleno de condensación.
Un alma en el cielo que no tiene corazón.

Soy una nube,
Blanca y fugaz,
Brillante por el sol,
Contemplador de todo mal.

Una nube sin espíritu.

En las noches de soledad,
Admiro el dolor,
Desde el cielo a la tierra no hay color.
Soy la nube que vigía el deseo de un soñador.

Soy una nube.

Soy la blancura de esas noches oscuras,
Admirador de esa dulzura entre parejas.
Esas que lloran de día, pero de noche suspiran de hilaridad.

Sólo soy una nube.
Una nube admiradora,
Soñadora.
Una nube que forma figuras.
Esas figuras las cuales puedes presenciar.

Soy vacilante como las olas del mar.
Puedo ver la bondad,
Y también puedo ver la maldad.

Soy esa nube que saborea al recién nacido,
La que ve al muerto,
Y al que no ha existido.