viernes, 26 de junio de 2009

Un adiós que jamás existió.

Viví por arte.
Viví por amor.
Viví por un sueño.
Y también por un dolor.

Llore cada noche.
Reí cada mañana.
Cien versos por la tarde,
Y cuarenta llantos lamentación.

Te soñé cada madrugada.
Te vi en cada alba.
Te sentí en cada atardecer,
Locura mía era de florecer.

Ahora sólo pierdo,
Con mis versos me entiendo.
Canto con sonoridad,
He perdido la bondad.

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