jueves, 23 de abril de 2009

Vete ya

Vete ya, fue su silencio más profundo. Vete ya. No sé porque tu deseo era ese… Que me fuera. Yo sólo deseaba existir hasta el más mínimo momento junto a ti. Vete ya, fue lo único que en ese momento solías repetir.


Tus insistencias fueron intensas, pero mi dolor no cobraba una gota de tristeza. La piel que tanto solía sentir, era prohibida a mi alcance y esos labios, dulces y preciosos, rechazaban la caricia de los míos. Amor mío, no me ínsitas… Que me vaya ya.


Mis palabras luchaban por ser las más profundas, pero tu silencio lo era más aún. Sólo alcance leer tus labios, pero aquel pequeño movimiento, lento y triste, murmuraron…Vete ya.
¡No, por favor, no!...No me desampares con tu apasionante sensación. Nada podría olvidar, ni siquiera los pequeños, triviales, obsesionantes detalles, los que hieren, tu amor que hace revivir la felicidad que alguna vez sentí. Tu último murmullo insistió… Vete ya.

No hay comentarios: