viernes, 12 de febrero de 2010

El muro de mis recuerdos.

Me encontraba entre los ruidos de mi mente,

Junto a la tentación de mi pasado.

Buscando una repuesta a un presente tan solitario.

Como un candado atado sin su llave.


Yo, con mis deseos tan carnívoros, me evaporo entre mis sueños.

¿Dónde está mi vida que ya no la veo?

Tal vez me fui o soy víctima de uno de los trastornos de la demencia.


Un muro divide mi razón,

Y cada bloque interrumpe mis pensamientos.

Sin afecto alguno me convierte en lo que soy,

Y lo que siempre seré.


Pregúntame a mi mismo,

Si es que estás allí.

Tocándome la puerta sin que yo pueda abrir.


Aflora un sentimiento que llega de una memoria,

Y entre las barreras de mi realidad se encuentra atrapada.

Intentando escapar sin euforia.


Surtidor de la vida,

¿Cada cuanto construyes estas prisiones?


¡Qué se derrame el vaso de mi alma!

Hasta la última gota conocida como el tiempo.

Los pitos de la subsistencia se apagaran,

Incluso con una sonrisa malhechora.


Soberbio estaré en el final,

Junto al deseo de convertirme en cenizas.

Donde pueda volar,

Y eternamente observar las paredes que un día pertenecieron a mis recuerdos.

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