miércoles, 14 de octubre de 2009

¿Estás?

Hoy te escribo,

Porque sé que no lo leerás.

El viento me dice que mía tampoco serás.

¡Qué dicha!


Escribo entre luces textos siniestros.

Cerca de un arcoíris donde ilumina esa colilla que una vez fue fumada.


Hola preciosa.

¿Por qué ya no estás?

Si hoy me inyecté tu nombre en mis venas,

Y vomite tu amor entre la cena.


Para así olvidarte.

Para así callarme.


Llueven raíces que alguna vez existieron.

Cuando acariciaban cadáveres desde un cementerio.

Solitario.

Ahora me acarician a mí.


Entonces,

¿Te escribo?

O he de mirar todas las noches la luna llena,

Mientras escribo versos tristes sucios de dolor.

No hay comentarios: