martes, 17 de noviembre de 2009

Carta de un suicida.

Probablemente nadie entienda mi suplicio, por eso escondo mis más preciados sentimientos entre este texto donde se marcara mi final en esta vida. La nada se convertirá en algo, y ese algo en eternidad. Como lo seré, si ha de pasar.

Me adelanto ante los ojos de la vida, despidiéndome en un instante con mi mirada fija hacía ella. No existe el paso hacia atrás, todo está decidido.

Espero que aquellas personas apegadas a mi presencia entiendan que ya no pertenezco a esta vida, y lo único que pido es descansar de tanto tormento. Así podre desprenderme de un Yo que me mantuvo atado a la agonía que lentamente me fue apagando.

Me despido agradeciéndoles a esas personas que intentaron revivir esa felicidad que se desvaneció con ese fuego ardiente que llamo tiempo. Ahora no me queda más que despedirme de mis colegas que continuaran en la fila de la vida.

En dedicatoria a mi gran amigo Daniel Gomez. R.I.P

1 comentario:

Lilia Muñoz dijo...

Hermoso y simplemente en verdad describe todo lo que sentia nuestro amigo y bro :(